Esta familia quería tener un gato como mascota, por lo que corrieron al refugio para elegir a su favorito. Cuando conocieron a Dui, se enamoraron de él y decidieron adoptar.
Todo parecía genial tras la llegada del nuevo integrante hasta que Dui empezó a ladrar.
Cuando los niños informaron a sus padres sobre el extraño comportamiento de la mascota, no creyeron, por lo que decidieron llevarlo a un veterinario para un chequeo.
Después de ser examinado claramente, los propietarios fueron informados de que su mascota no es un gato: es un perro (Hmong vietnamita). ¡Ellos se sorprendieron! Como pudo pasar. Se parece mucho a un gato, pero se comporta como un perro normal.
Aunque a los dueños les resultó extraño descubrir que su mascota no es un gato, no se enfadaron, pues Dui ya se había convertido en parte esencial de su familia.
¡Él es el miembro amado de la familia!